”Eliseo entonces oró, y dijo: «Oh Señor, te ruego que abras sus ojos para que vea». Y el Señor abrió los ojos del criado, y miró que el monte estaba lleno de caballos y carros de fuego alrededor de Eliseo.” 2 Reyes 6:17

Muchas veces el propósito de Dios en la oración no es modificar las circunstancias, sino más bien, transformarnos a nosotros sus hijos.

Así como la oración de Eliseo, que le permitió a su criado contemplar la ayuda divina en medio de un feroz ataque enemigo en el que se veían sin ninguna posibilidad de vencer, de la misma manera, la oración incrementa nuestra fe para ver con la óptica espiritual, (de la manera en como Dios quiere que la veamos), las circunstancias desfavorables, las crisis que humanamente experimentamos.

La próxima vez que ores al Señor no le pidas que cambie tu circunstancia difícil, mejor pídele que te permita visualizar con fe la situación, desde su óptica, para tu beneficio y crecimiento; de esta manera caminarás con luz y determinación, con la seguridad de su presencia en tu problema, aunque este siga siendo el mismo.