"El hierro con hierro se afila, Y un hombre aguza a otro."  Proverbios 27:17

 Una pieza de hierro puede afilar a otra pieza de hierro, pero esto solo es posible a través de golpes, fricciones y chispas. Con golpes contundentes un martillo puede afilar un hacha o una espada.

 Qué responsabilidad tenemos los cristianos de edificarnos unos a otros. Muchas veces necesitaremos de dureza y determinación para corregirnos y ayudarnos unos a otros a salir de algún error. 

 Un verdadero amigo está dispuesto a sacrificar la paz de la amistad con tal de establecer verdad en el corazón de su hermano, no lo dejará ignorante o sumergido en el error, sino que empleará, en primera instancia, palabras de ternura, sabias, prudentes, buscando el diálogo de una comunicación piadosa; en ocasiones se hará acompañar de otros hermanos para convencer de pecado o error al hermano en la fe (Mt. 18:16); pero de ser necesario, utilizará palabras duras, severas, sin haber perdido el amor y la compasión, para ayudar a su hermano a abandonar su mal camino (Stg. 5:20).

 El pueblo de Dios se edifica a sí mismo en amor, creciendo, madurando en la fe y estimulándose a buenas obras, ¿Te das cuenta de la gran responsabilidad de cada creyente?

 ¿Estás dispuesto a ser instrumento útil para afilar a los demás, o mejor aún, estás dispuesto a ser afilado por tu hermano?

 ”sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo” Ef. 4:15.