Gustavo Miranda

SABIDURÍA O INSENSATEZ

El camino del necio es derecho en su opinión; Mas el que obedece al consejo es sabio.” Proverbios 12:15.

 El hombre necio siempre piensa estar en el camino correcto, no acepta el consejo de Dios para conducir su vida. Sus decisiones están basadas en el aquí y en el ahora sin tomar en serio las consecuencias de sus actos. El necio determina el bien, el mal, la verdad y falsedad de acuerdo a su propia manera caída de pensar.

El hombre necio se convierte en su propio dios. Hace sus propias reglas, justifica su propia conducta; por consecuencia pasa por alto el pecado y no le interesa la opinión de Dios en su vida.

A los necios no les importa si Dios los perdona o no…” Pr. 14:9 TLA.

El necio aborrece la sabiduría, y se enorgullece mucho de lo que sabe, acumula mucha información pero tiene poco entendimiento.

Por cuanto aborrecieron la sabiduría, y no escogieron el temor de Jehová, Ni quisieron mi consejo, Y menospreciaron toda reprensión mía, Comerán del fruto de su camino, Y serán hastiados de sus propios consejos. Porque el desvío de los ignorantes los matará, Y la prosperidad de los necios los echará a perder” Pr. 1:29-32.

Por todo esto, el fin del necio es destrucción por haber despreciado a Dios y su sabiduría. Su estilo de vida basado en el egoísmo le llevará a sufrir y lamentar las consecuencias de su pecado.

 En contraste, el hombre sabio se muestra prudente, sabe escuchar el consejo de Dios y en consecuencia es obediente a su Palabra. El hombre prudente tiene su mente en la eternidad y no en este mundo.

 El hombre prudente sabe que el principio de la sabiduría es el temor al Señor (Pr. 1:7), por lo mismo, no excluye nunca a Dios de sus planes, camina con prudencia, se conduce con rectitud y reconoce la verdad de Dios en todos sus caminos.

 El hombre sabio camina en Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento (Col 2:3). El hombre sabio ha sido reconciliado con Dios, ha elegido el regalo de vida eterna; tiene una mente transformada por el poder del evangelio de Dios, y ya no anda en la vanidad de su mente (Ef. 4:17,18).

 Mientras que el necio se cree sabio en su propia opinión, el hombre sabio teme al Señor, busca el consejo en su Palabra y se aparta de la maldad: ”No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal”  Pr. 3:7

 Por consecuencia, el hombre sabio es feliz, bienaventurado y dichoso; es conducido por el Espíritu de Dios y por tanto conoce la verdad (1 Jn. 2:20,21); este camino lleva a la vida eterna.

 Busca la sabiduría de Dios ¡acércate a su Palabra, la fuente de toda sabiduría!


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Pastor Gustavo Miranda

Pastor en Iglesia Bautista Berea en Gómez Palacio, Dgo.
Doctor en Teología, maestro en educación y ministro de música y adoración.

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