”¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase todo para edificación” 1 Corintios 14:26

Qué gran responsabilidad nos ha dado el Señor como creyentes, de pertenecer al cuerpo de Cristo y de ser parte del crecimiento y edificación de este. La reunión de los santos es un tema importante para Dios; el congregarse constituye un firme mandato (He. 10:25), y que cada creyente desempeñe con eficacia sus dones espirituales dentro de la iglesia, también. 

El pueblo de Dios se congrega, primeramente, para alabar al Señor. Casa redimido tiene un llamamiento individual, pero también en comunidad, a exaltar a Dios y buscar su gloria, esto lo hacemos primeramente a través de las alabanzas. También es llamado a edificarse por medio de la exposición de las Escrituras, donde el predicador tiene la firme responsabilidad de predicar solo la Palabra de Dios y nutrir las almas hambrientas a través del alimento espiritual. Juntos como iglesia, también tenemos la responsabilidad de llevar el evangelio a los perdidos, anunciándoles las buenas nuevas de salvación, y cuyo resultado será el añadimiento de nuevos creyentes al cuerpo de la iglesia (Hech. 2:47).  Además, como iglesia, tenemos el llamado de parte de Dios a cuidarnos, protegernos, y proveer para nuestras necesidades como miembros del cuerpo. 

Para llevar a cabo esta gran labor de edificación en la iglesia, el Señor nos ha provisto primeramente del Espíritu Santo, el cual mora en cada creyente y por medio de quien ejercitamos nuestros dones espirituales dentro del cuerpo de Cristo. El Señor nos ha dado también su Santa Palabra, la Biblia, la cual nos ayuda en la tarea de esta edificación, brindando a la iglesia, alimento,  sustento, consuelo, guía, entre muchas otras bendiciones. 

De esta manera, no importa el ministerio que estemos desempeñando en la iglesia, ”salmo”_, _”doctrina”_, _”evangelismo”_, _”servicio”_, _”visitación” etc. todo debe buscar primeramente, la gloria de Dios, y también la edificación de la iglesia. 

”¿Qué hay que hacer, pues, hermanos? Cuando se reúnan, cada cual aporte salmo, enseñanza, revelación, lenguas o interpretación. Que todo se haga para edificación” 1 Co. 14:26 DDH.

Antes de participar en el servicio a Dios, pidámosle a Dios que nos permita buscar su gloria ante todo, y que cada ministerio donde nos permita servir, edifique a nuestros hermanos en la fe.

Gracias Señor por tu Palabra.

Pastor Gustavo Miranda