Gustavo Miranda

No nos cansemos de hacer el bien

”No nos cansemos, pues, de hacer bien… Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe” Gálatas 6:9,10.


La bondad es una cualidad que debe distinguirnos como hijos de Dios, el Padre de toda bondad y misericordia.


El llamamiento divino dirigido a Sus hijos es a practicar la bondad (gr. agathos ), una virtud que recibimos por medio del Espíritu Santo al creer en Cristo, y que debemos ministrar con gracia hacia los demás. Esta bondad debe manifestarse de manera ilimitada, incondicional y desinteresada, extendiéndose a todos los seres humanos, incluso a los no creyentes. El estilo de vida honorable de un cristiano actúa como un testimonio vivo para aquellos que no comparten la fe, sirviendo como ejemplo de la gracia divina que se ofrece sin distinción.


Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos” 1 P. 2:15.


La expresión "Según tengamos oportunidad" no debe interpretarse como una referencia a oportunidades ocasionales que podrían surgir y que deberíamos aprovechar, sino que más bien alude a que la vida misma es una oportunidad concreta para servir y hacer el bien. Mientras tengamos el don de la vida, debemos aprovecharla para hacer el bien. El verbo "hagamos" (gr. ergazomai ) implica la idea de no ser pasivos en la espera de esas oportunidades, sino, por el contrario, buscar intencionalmente momentos en nuestro tiempo aquí en la tierra para servir a los demás.


La Palabra de Dios, una y otra vez, nos llama a actuar con generosidad y bondad hacia los demás, a hacerlo en el momento en que se necesite y con los recursos que el Señor nos ha dado:

Proverbios 3:27 TLA dice: "No te niegues a hacer el bien a quien es debido, cuando tuvieres poder para hacerlo" Proverbios 3:28 agrega: “Nunca digas: «Te ayudaré mañana», cuando puedas ayudar hoy”; Hebreos 13:16 expresa: "Y de hacer el bien y de la ayuda mutua no os olvidéis, porque de tales sacrificios se agrada Dios ."


El amor es un don otorgado por Dios, y los actos de servicio que realizamos por gracia hacia los demás reflejan nuestra identidad como hijos suyos. El cristiano genuino busca activamente oportunidades para ofrecer el bien a todas las personas, priorizando, sin embargo, a la familia de la fe, es decir, al pueblo de Dios. A través del amor con el que nos manifestamos como creyentes, demostramos que hemos nacido de nuevo y que somos discípulos de Cristo (Jn. 13:35; 1 Jn. 3:14).


John Wesley (S. XVIII) escribió al respecto:

Haga todo el bien que pueda,

por todos los medios que pueda,

en todas las formas que pueda,

en toda oportunidad que pueda,

a todas las personas que pueda,

todo el tiempo que pueda.


No nos cansemos de hacer el bien ya que, si no desfallecemos, a su tiempo recogeremos la cosecha” Ga. 6:9 BLPH


? Señor, abre mi entendimiento para ver todas las posibilidades en donde puedo ser útil a la gente.

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Pastor Gustavo Miranda

Pastor en Iglesia Bautista Berea en Gómez Palacio, Dgo.
Doctor en Teología, maestro en educación y ministro de música y adoración.

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