Gustavo Miranda

¿QUIERES AMAR LA VIDA Y DISFRUTAR BUENOS DÍAS?

Porque: El que quiere amar la vida Y ver días buenos, Refrene su lengua de mal, Y sus labios no hablen engaño; Apártese del mal, y haga el bien; Busque la paz, y sígala. Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones; Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal” 1 P. 3:10-12.


El Apóstol Pedro citó el salmo 34:12-16 para describir la recompensa que sigue a una vida prudente basada en la sabiduría de Dios; el apóstol Pedro recurrió a las palabras de David en el salmo 34, para hacerle saber a sus lectores el principio de vida que trae recompensa de Dios, rescatando cuatro consejos:

 

1. Refrenar la lengua de mal

La lengua es un pequeño miembro del cuerpo capaz de destruir, llena de veneno mortal que es difícil de ser refrenada (Stg. 3:5-8); pero el hombre que es guiado por el Espíritu de Dios es capaz de refrenar su lengua, para no ser de tropiezo con sus palabras; sabe callar cuando debe hacerlo, pues sabe que al usarla mal puede herir u ofender a sus hermanos en la fe, o ser tropiezo al incrédulo en su hablar. En versos anteriores, Pedro ya había advertido de no devolver mal por mal haciendo hincapié al llamado cristiano de bendecir, siendo compasivos, misericordiosos y afables (vv. 8,9).

Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo” Santiago 3:5,6

 

2. No hablar engaño.

La veracidad de nuestras palabras es evidencia de una fe auténtica en Jesús.

Al venir a Cristo fuimos transformados en la justicia y santidad de la verdad (Ef. 4:24), porque creímos y seguimos la verdad, que es Jesús (Jn. 14:6), nuestro llamamiento ha sido al pleno conocimiento de la verdad (1 Ti. 2:4; He. 10:26-28), por tanto, la vida del creyente se centra en la verdad (Jn. 15:2,3; 1 Jn. 3:18; 1 Jn. 1:6) y al practicar la verdad traemos alegría al corazón de Dios (3 Jn. 3:18).

Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad” 1Jn. 1:6.

Los labios del creyente son tan puros como lo son sus actos, sus palabras tan verídicas como su misma fe.

 

3. Apartarse del mal y hacer el bien

El creyente es llamado a vivir en este mundo, de manera justa e irreprensible, llevando en sus actos la marca de ser un embajador de Cristo.

Dios vigila y bendice la conducta de sus hijos que andan en integridad, pero reprueba y castiga la maldad (v. 12).

_”El Señor ve a los que obran rectamente, y escucha sus oraciones; pero está en contra de los que hacen el mal”_ 1 P. 3:12 PDT

 

4. Buscar la paz y seguirla

Dios nos ha llamado a ser pacificadores, esto involucra una actitud activa de promover las buenas relaciones personales y ser agentes de resolución de conflictos. Buscar la paz requiere de sabiduría de Dios al discernir el error y seguir la verdad. Buscar la paz además tiene la idea de ser reconciliador de los hombres para con Dios, al poder compartirles el mensaje del evangelio y así poder ser instrumentos para salvación a los perdidos.

 

Reflexión: hay una recompensa de parte de Dios a quienes siguen estos consejos: verán días buenos y gozarán del acompañamiento de Dios y su favor en sus vidas. 

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Pastor Gustavo Miranda

Pastor en Iglesia Bautista Berea en Gómez Palacio, Dgo.
Doctor en Teología, maestro en educación y ministro de música y adoración.

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