“Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.” 1 Juan 1:5-7.

La evidencia más clara de saber si mantenemos una fe verdadera en Jesucristo, es, si vivimos en la luz.

En sentido moral, la luz expresa santidad, pureza, rectitud; por lo que las tinieblas reflejan el pecado, la maldad y los deseos de la carne (Juan 3:19; 12:35,46; Romanos 13:11-14; 1 Tesalonicenses 5:4; 1 Juan 1:6; 2:8-11).

En el sentido intelectual, la luz es el conocimiento y la verdad bíblica, por lo que las tinieblas son la ignorancia, la falsedad y el error (Salmos 119:105; Proverbios 6:23).

“Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz, Y camino de vida las reprensiones que te instruyen” Proverbios 6:23.

La Palabra de Dios afirma que ”Dios es luz”, no una luz, sino la fuente de luz; esto implica, que Dios es el origen de todo conocimiento, la fuente de toda santidad y verdad; su pureza es en perfección, él es verdadero, perfecto y recto. ”no hay ningunas tinieblas en él”.

El pecado vino a ensombrecer este mundo, el cual, bajo la influencia del maligno, está cegado por el pecado, el mundo tiene el entendimiento entenebrecido y cauterizada la conciencia para no querer buscar a Dios y sus propósitos (2 Corintios 4:4; Juan 12:39-40; Efesios 4:17-19; 1 Timoteo 4:2); pero Jesucristo vino al mundo para mostrarnos la vida, el camino al Padre, y nos ha dado de su Espíritu Santo para ”guiarnos a toda verdad” Juan 16:13.

“Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas” Juan 2:46.

Quien ha conocido y creído al evangelio ahora vive en luz, en la luz de Jesucristo, ha sido trasladado de las tinieblas a la luz; ha sido librado de la potestad de las tinieblas mediante el poder del conocimiento del evangelio; ahora es llamado a vivir como un ciudadano del Reino de Dios, como hijo de luz (Efesios 5:8; Colosenses 1:12-13; 1 Pedro 2:9-10). El discípulo de Jesús es el representante de Dios en este mundo oscuro y caído, y es llamado a resplandecer con la luz de Jesucristo (Mateo 5:14).

“Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz” Romanos 13:12.

“para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios, sin culpa, en medio de una generación maligna y perversa, entre los cuales resplandecéis como luminares en el mundo” Filipenses 2:15.

Para reflexionar:

¿Dios está alumbrando el mundo a través de tu vida? ¿Qué áreas de tu vida permanecen aún en tinieblas?

Permite que la luz de Jesucristo ilumine tu ser; acércate a la Palabra de Dios, que es lumbrera a tu camino.

”Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad”

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