MIRA HACIA ARRIBA
“Si,
pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está
Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no
en las de la tierra” Colosenses 3:1,2.
El creyente es llamado a poner sus
prioridades en los asuntos celestiales y eternos. Puesto que ya estamos en
Cristo, nuestras aspiraciones, deseos y pasiones son distintos a los que antes
teníamos, cuando éramos guiados según nuestras aspiraciones mundanas. El
Apóstol Pablo exhorta a los creyentes a ”Poned la mira en las cosas de
arriba, no en las de la tierra” Col 3:2, pero abarca el tema a partir del 2:12, donde explica que con Cristo
hemos muerto y a la vez resucitado; su poder espiritual ha transformado nuestra
antigua manera de pensar, y por lo tanto, también de vivir.
- Poner la mira en las cosas de arriba
nos ayuda a no distraernos o confundirnos tanto con los deseos engañosos del
mundo (Mt. 13:22).
- Poner la mira en las cosas de arriba
nos hace reconocer la fuente de todas las bendiciones que recibimos, dándole el
merecimiento a Dios (Stg. 1:17).
- Poner la mira en las cosas de arriba
nos hace mantener el gozo en nuestro corazón, aun cuando las circunstancias
parezcan desfavorables.
- Poner la mira en las cosas de arriba
nos ayuda a retener con firmeza la fe y la Palabra que hemos aprendido y oído,
para no ser engañados a través de falsas enseñanzas (Mt. 13:19; 2 Ti. 1:13; 3:14).
- Poner la mira en las cosas de arriba le
da un valor infinito a la vida, sabiendo que somos dirigidos bajo un propósito
mucho más elevado que la perspectiva humana (Fil. 3:8).
- Poner la mira en las cosas de arriba
nos hace depender de Dios en las dificultades, y no confiar tanto en nuestras
habilidades y capacidades humanas, pues nos vemos insuficientes y totalmente
dependientes de su divino poder en nosotros (2 Co. 4:7).
- Poner la mira en las cosas de arriba
produce verdadera felicidad, pues nada alcanzable en este mundo puede
provocarla (Mt. 5:3-12).
- Poner la mira en las cosas de arriba
nos hace esperar un futuro glorioso, sabiendo que en Cristo tenemos la
esperanza de una eternidad asegurada (1 Co. 15:19).
Querido hermano, ahora que estás en
Cristo, llena tu vida de las cosas de arriba, aquellas que satisfacen el alma y
el espíritu. Decide por lo eterno.
ORACIÓN: Señor, mantén mi mirada en ti y tus propósitos eternos.