Sangre inocente

SANGRE INOCENTE

“Jehová aborrece…las manos derramadoras de sangre inocente” Proverbios 6:17

Hoy martes 7 de septiembre de 2021, se aprobó en el estado de Coahuila, México, la ley para despenalizar el aborto. Con esta nueva ley, la Suprema Corte de Justicia le concede el “derecho” a la mujer, a decidir si sigue o interrumpe su embarazo. “Libertad, claridad, dignidad y respeto” a las mujeres para “decidir si quieren ser madres”.

Para reflexionar: en el mundo hay casi 50 millones de parejas infértiles (OMS), estudio aplicado a mujeres en edad fértil entre los 20 y 44 años; sin embargo, hay países (Rusia y Rumania) donde por cada nacimiento se practican 4 abortos; en otros países europeos, el 80% de las concepciones se interrumpen intencionalmente. Anualmente EU practica 1.5 millones y China más de 8 millones, sumando en el mundo más de 42 millones de bebés que mueren cada año por la práctica del aborto inducido (OMS), superando en promedio anual a las muertes por las guerras mundiales.

Nunca en la historia había habido más derramamiento de sangre que en el tiempo en que estamos viviendo hoy en día. Nos enfrentamos al más grande de todos fenómenos mortíferos de todos los tiempos, el aborto.

Pero esta práctica homicida ¡no es nueva! En la antigüedad, hace más de cinco mil años, se practicaba el sacrificio de los infantes al dios pagano Moloc. Los templos dedicados a este dios, levantaban una gran estatua de bronce con sus manos extendidas al frente. Durante la ceremonia, para ofrecer el sacrificio, las madres llevaban a sus criaturas y los arrojaban al vientre de esta estatua, el cual desembocaba en un gran horno de fuego con llamas ardientes que caían al fondo de la escultura. Estos niños, que eran arrojados vivos al fuego, representaban el sacrificio de sus padres a este dios pagano. La Biblia, refiriéndose a esta aterradora adoración satánica dice: “ Y no des hijo tuyo para ofrecerlo por fuego a Moloc; no contamines así el nombre de tu Dios. Yo Jehová” Levítico 18:21

¡ES MI CUERPO, YO SÉ LO QUE HAGO CON ÉL!

¡El hombre no tiene ningún derecho a decidir cuándo interrumpir la vida de otro! Dios es quien concede la vida y Él mismo es quien la quita cuando Él quiere (Job 1:21). Dios es quien nos formó (Job 10:8), con sus manos nos tejió con tanto amor y perfección dentro del vientre de nuestra madre (Salmos 139:13-16); pero aun desde antes de nacer, Él ya tenía un nombre y un propósito especial de vida para cada uno (Jeremías 1:5), pues estuvimos en sus planes perfectos ¡desde la eternidad!

Nada puede justificar el dar muerte a un inocente, ¿o qué?, ¿un embarazo no deseado? ¿una violación? ¿alguna enfermedad congénita o genética? A la luz de la Biblia, su voluntad es la vida, y un hijo es una bendición de Dios, una saeta, es BENDITO EL FRUTO DEL VIENTRE.

El ser humano desde el momento justo de su concepción es un ser vivo, creado con dignidad (Génesis 1:27) y con gran estima para Dios, su Creador (Salmos 127:3).

Arrebatar la vida es un acto muy penado por Dios, Él dice: NO MATARÁS (Éxodo 20:13), por tanto, es un acto que ABORRECE DIOS (´Proverbios 6:17), un acto criminal que llevará un severo castigo para todos los asesinos (Génesis 9:6), pues pagarán vida por vida (Éxodo 21:23).

Atención, mucho cuidado, pues aun cuando las leyes humanas se corrompen día a día y los tiempos y culturas tienen variaciones; la ley de Dios sigue sin sufrir modificación alguna, desde la eternidad es y seguirá siendo por siempre la Palabra de Dios.

La vida es un regalo de Dios