Todo a su debido tiempo
"Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora" Eclesiastés 3:1
Las líneas de esta hermosa poesía en Eclesiastés 3 nos invitan a reflexionar sobre la soberanía del Señor, quien, con Su infinita sabiduría, guía y regula el curso de todas las cosas. Nos recuerda que, en Su divino propósito, cada acontecimiento tiene un tiempo y un sentido establecido, bajo el control perfecto de Su voluntad.
Dios tiene un plan de vida diseñado para cada ser humano; las etapas y experiencias de nuestra existencia están guiadas por las normas y los propósitos divinos. Sus planes son infinitamente sabios y perfectos.
Para el ser humano, el " _cronos_ " de Dios representa un misterio; ¿quién podrá comprender la magnitud de Sus planes? La sabiduría divina está más allá de la comprensión humana (Ec. 3:11), sin embargo, como hijos de Dios debemos saber que hay un tiempo apropiado para cada experiencia de la vida, aunque a veces estas experiencias nos parezcan algunas no muy gratas, debemos saber que todo, todo llega a cumplirse en base a los planes soberanos del Señor:
” Hay tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar; tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar; tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz” Ec. 3:2-8
Caminar en la voluntad de Dios permitirá que los tiempos y planes divinos se manifiesten en nuestra vida en el momento oportuno. Al seguir Su camino, recibiremos de Él los aprendizajes y la madurez que cada experiencia nos brinda, lo cual nos permitirá vivir cada etapa con plenitud. Así, encontraremos contentamiento y paz al reconocer que nuestra existencia se fundamenta en los planes de un Dios sabio y perfecto, quien nos otorga lo mejor. Por lo tanto, no debemos desesperarnos ante lo que parece haberse demorado, ya que se cumplirá en su debido tiempo.
“ En tu mano están mis tiempos… ” Salmos 31:15.
? Señor, confío plenamente en tu infinita sabiduría y me encomiendo a tu divina guía. Mi anhelo es vivir cada momento de mi existencia conforme a tu voluntad, permitiendo que tus propósitos se cumplan en mi vida.