El peligro de despreciar la sabiduría
EL PELIGRO DE DESPRECIAR LA SABIDURÍA
”Entonces me llamarán, y no
responderé; Me buscarán de mañana, y no me hallarán. Por
cuanto aborrecieron la sabiduría, Y no escogieron el temor de Jehová, Ni
quisieron mi consejo, Y menospreciaron toda reprensión mía, Comerán del
fruto de su camino, Y serán hastiados de sus propios consejos. Porque
el desvío de los ignorantes los matará, Y la prosperidad de los necios
los echará a perder; Mas el que me oyere, habitará confiadamente Y
vivirá tranquilo, sin temor del mal” Proverbios 1:28-33
El necio rechaza la sabiduría, la desprecia completamente
en su vida; busca satisfacer su carne, sus emociones y sus pensamientos
decidiendo en el aquí y en el ahora, sin considerar el futuro o la consecuencia
de sus decisiones en su vida.
Por consecuencia, cae en mil desgracias,
miserias, tristezas, pobreza. Rechazar a Dios se convertirá en calamidad y desilusión.
Aquel que tal haga, encontrará la muerte y la destrucción para sí mismo, comerá
el fruto de su camino, será el culpable de su propio destino.
El necio, en vez de escuchar la voz de Dios, siguió
la simplicidad de sus propios consejos, que le condujeron a un destino ruin, de
donde no podrá salir, aunque clame por arrepentimiento. Muy tarde será para él
el haber encontrado la verdad después de haber probado toda la vanidad de la
vida, al haber llegado a estar hundido en el fango de su perdición.
Queda probado que toda prosperidad y gloria humana
alcanza solamente gloria ilusoria y felicidad pasajera, que pronto producirán
culpa y dolor.
Y es que rechazar a Dios no es cualquier cosa, se
trata de darle la espalda al autor de la vida, se trata de despreciar el
consejo de la autoridad suprema que nos dio el manual para vivir en felicidad.
El fin del necio es perdición, siendo su
principal consecuencia, no encontrar paz ni seguridad para su alma, la cual goza
solo aquel que confía en la sabiduría de Dios (v.33)
_”Te castigará tu propia
maldad, y tus apostasías te condenarán. Reconoce, pues, y ve que es malo y
amargo el dejar al SEÑOR tu Dios, y no tener temor de mí - declara el Señor, Dios de los ejércitos" Jeremías 2:19 NBLA.
Dios ofrece paz y seguridad,
busca la sabiduría y no rechaces el consejo del Señor.
¡Vive y comparte!