FE EN EL TEMOR - Del Salmo 56
”En el día que temo, Yo en ti confío. En Dios alabaré su palabra; En Dios he
confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre?” Salmos 56:3,4
Temor
se puede definir como el sentimiento de inquietud o angustia que impulsa a huir
o evitar aquello que se considera dañino, arriesgado o peligroso. Se refiere a
la presunción o sospecha de un daño o peligro que genera en la persona una
emoción muy angustiosa.
David
es conocido en la Biblia como un gran guerrero militar, como un valiente pastor
que pudo despedazar con sus manos a un oso y a un león por defender a sus
ovejas, es aquel valiente joven que armado de valor, enfrentó al gigante Goliat
y lo venció con solo una piedra de arroyo. Sin embargo, ahora reconoce tener
temor en su vida.
Sentir
temor no es algo irreal, es tan normal como cualquier otro sentimiento humano;
tampoco describe la falta de fe en Dios, pues es natural de los seres humanos.
La Biblia dice que nuestro Señor Jesucristo, a punto de ser entregado en mano
de pecadores, experimentó angustia y temor, pues sabía que estaba a punto de
sufrir el cruel castigo por el pecado: tal fue su angustia ante el difícil
tiempo que se aproximaba para él, que estaba en agonía y su sudor eran como
grandes gotas de sangre que caían a la tierra (Lucas 22:39-46).
El
temor que David expresó en el salmo 56 fue debido a la cruel persecución de la
cual era objeto, él había sido aprehendido por los filisteos en Gat, antes de
su llegada a Adulam (1 Samuel 21:10-15). David estaba muy turbado, con sus
emociones descontroladas, sintiendo mucho temor por su vida, pero con una
confianza inamovible en el Señor.
Lo
que David está expresando en las líneas de este salmo es algo así como: ”Cuando
llego a tener miedo, pongo mi confianza en Dios, cuando lo hago, el temor se
va”. (Salmos 56:3,4).
Esa
confianza de David, radica en la Palabra de Dios, en las promesas descritas en
la Biblia.
”Alabo
a Dios por lo que ha prometido” Salmos 56:4 NTV
La
fe en Dios permite que nuestra confianza no desfallezca en los momentos más
oscuros. Las promesas de Dios nos recuerdan su amor y protección por nosotros,
y si es así, entonces podremos decir con toda seguridad: ”En Dios he confiado;
no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre?...” v4 (o cualquier otra situación
desfavorable). La Palabra de Dios siempre desarrollará fe en nuestra vida como
hijos de Dios. Su Palabra son promesas maravillosas y eternas a nuestro favor
en virtud de su inagotable amor.
Para
reflexionar:
Este
salmo nos enseña que el temor humano es inevitable, pero al depositar nuestra
confianza en el Señor a través de su Palabra, el temor desaparece.
Mi
Señor, en ti he confiado y no temeré.
15/02/2023
04/08/2021
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